Cuando miras al pasado y recuerdas como dos personas se cruzaron en tu camino hace diez años y piensas, magnífica casualidad, porque es de esa gente que tendrás ahí para siempre. Este no es un reportaje al uso, y es que Sara y Alberto son muy especiales para mi. Yo estaba invitado a la boda, pero me pidieron que, aunque había alguien que se ocupaba de las fotos, querían tener algo mío, lo cual es un honor y un placer para mi. Así que cogí la cámara con el objetivo más pequeño que tenía para no liarme demasiado, nos fuimos al Pazo de Larache, cerquita de Pontevedra y como todo molaba tanto y Galicia es Galicia… no pude reprimirme y tuve que plasmarlo desde otro punto de vista.
Vaya boda más chula se marcaron , bonita, emocionante y con un buen fiestón, vaya, como son ellos : )